viernes, 7 de octubre de 2016

ALEVE, BRUTAL Y COBARDE: ¿PRESIDENTE, CUAL PAZ?

Cuando en Colombia se abortó un proceso de paz con un grupo alzado en armas, cuyas negociaciones duraron más de cuatro años y costó a los colombianos varios billones de pesos para que finalmente el pueblo a través del mecanismo de participación ciudadana plebiscito, negara su refrendación; en La Guajira el Gobierno Departamental en contubernio con el Nacional niegan la transferencia de 58 mil millones de pesos aproximadamente a la Universidad de La Guajira, cercenando el derecho legítimo, constitucional y legal a más de 16 mil estudiantes de estratos 1,2, y 3 mayoritariamente indígenas, afros, campesinos, desplazados, madres cabeza de familia.
En efecto, el reiterado incumplimiento por parte del Gobierno Departamental en cabeza del gobernador designado por el presidente de la republiquita de Colombia de apellido Vélez, al no girar los recursos a la Universidad de La Guajira por Ley 30 de 1992, Ordenanza 214 de 2007 y los recursos por indexación como consecuencia de un fallo judicial, los cuales suman (57.878’533.090), tiene sumida en una profunda crisis financiera al proyecto social más importante del departamento, o sea, nuestra Alma Mater.
Frente a tal situación, los estamentos universitarios (estudiantes, docentes, administrativos, egresados), tomamos la decisión de suspender todo tipo de actividad al interior de la Universidad y decretar un paro indefinido para llamar la atención y visibilizar la problemática al glorioso pueblo guajiro.
Colombia y el mundo que conozcan de primera mano que el gobierno de turno habla de paz con los alzados en armas, mientras que en La Guajira, frente a las reivindicaciones de nuestros jóvenes estudiantes lo que hace es arremeter con el cuerpo armado Esmad de manera aleve, brutal y cobarde como ocurrió en días pasado en Maicao, Villanueva, Fonseca y en Riohacha, el día miércoles 5 de octubre, violentando y profanando brutalmente las instalaciones de la Universidad, centro por excelencia de conocimiento y de paz.
Así, presidente y gobernador que, por respeto al pueblo guajiro, no le diré señor, no se los merecen. Jamás se construye paz. Aun cuando se ponga de acuerdo con el expresidente. La paz se hace con equidad y educación, slogan de su gobierno. Pero que, en La Guajira no aplica.
Hoy, los guajiros que sufrimos en carne propia el despojo por parte de su gobierno de las regalías que por mandato constitucional nos corresponde, pero por una maniobra amangualada y perversa con el congreso, el despojo por un fallo judicial xpress con más tinte político que jurídico de una gobernadora elegida por el pueblo con una votación abrumadora y un gobernador designado arrogante, prepotente que desconoce el decoro y la ética pública, quien desde el primer día de su posesión calificó al pueblo de bandido, cuando sabemos y somos conscientes que si los hay, son los menos, porque la gran mayoría somos gente trabajadoras, honestas y preocupadas por dar a nuestros hijos una educación superior para que sean alguien de bien y útil a la sociedad, derecho este que niegan con su política económica neoliberal, que en Colombia se encuentra en su máximo nivel, en desuso en el resto del mundo porque lo único obtenido desde su implementación por el imperio es pasar a millones de personas de pobre a miserable. Hoy, los ricos son más ricos y los pobres pasaron a miserables.
Entonces, pregunto presidente: Cuál paz? Usted puede firmar todos los acuerdos con los insurgentes y demás grupos alzados en armas, pero jamás en Colombia habrá paz, cuando a 16 mil jóvenes que prefirieron un libro que balas, los obligan a lanzarse a las fauces de los grandes flagelos que azotan a la sociedad. No los menciono porque ustedes lo saben.
Su gobernador, que no representa al pueblo guajiro, calificado por una integrante de la etnia wayuu en el aeropuerto Almirante Padilla de Riohacha de culebrero y por un prestigioso abogado y expersonero de esta ciudad de inservible, desde su llegada al palacio de La Marina lo único que dice es no tengo plata, tampoco ha hecho gestión para conseguirla.
Osea, como llegó se va, con más penas y sin gloria. Sin aportar a ningunos de los gravísimos problemas por lo que atraviesa el pueblo guajiro, en particular la muerte frecuente de niños de la etnia wayuu.
presidente, paradójicamente, mientras su gobernador expresa que los recursos económicos están destinados prioritariamente para atender esa población.
Hoy, mueren más niños en La Guajira por física hambre. No conforme, atenta con el único patrimonio de los guajiros frutos de las regalías, raponadas por el gobierno nacional.
Presidente, por favor, apersónese o envíe al ministro de Educación y Hacienda a La Guajira, con soluciones. Las coyunturales, asignar los dineros necesarios para culminar el presente años académicos. Los estructurales, la nacionalización de Uniguajira.
Presidente, si bien es cierto que los guajiros votamos mayoritariamente por el sí, se debe a que somos gente de paz, pero su gobernador culebrero e inservible, arrastra con su actitud arrogante grosera y displicentes a más de 16 mil jóvenes a las fauces, de lo que sabemos.

por: Ignacio Escudero Fuentes
docente Uniguajira

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