Sí, así es. El señor José Hilario Gómez
Toncel, está vivito y coleando, goza de buena salud y se pega sus tragos y
dicen que tira sus canitas al aire, muy de vez en cuando y que en tercera la
caja empieza a chillar. No me crean son rumores y la gente habla mucho,
inventan más de lo debido. Pero de que salen, ¡salen! (las brujas, claro está)
Este pequeño introito, me permite referirme a un evento
cultural y folclórico llevado a cabo en el Crem de Fonseca, el día 11 de
Noviembre pasado, denominado “Transmisión de
conocimientos, salvaguardia del vallenato tradicional”.
Dicho evento fue dirigido y organizado por la Fundación
Musical Maestros, una ONG representada por el maestro Johnny Solano
Manjarrez, quien auspiciado por la Alcaldía Municipal, el Ministerio de la
Cultura y el departamento de La Guajira, realizaron este foro de transmisión
del conocimiento sobre lo que significa el vallenato tradicional, lo que
representa, hasta dónde se extiende y porque no podemos permitir que se acabe,
y menos hoy, cuando ha sido elevado al sitial de patrimonio histórico de
la humanidad.
Contamos ese día, con la presencia del benemérito, perínclito y
sobresaliente (como diría Cuello Manuel) compositor villanuevero, Rosendo Romero Ospino,
modelo 53, con más de 35 años de vida musical y más de 400 canciones de las
cuales le han grabado más de 200.
No se le puede pedir más al cristiano; hijo de
Escolástico Romero Rivera y Ana Antonia Ospino Campo, padres de una de las
dinastías más grandes del vallenato tradicional. Rosendo, conoce, investiga,
maneja y transmite lo que es el vallenato tradicional y de una manera didáctica
y con una pedagogía natural, contagia al oyente de las riquezas escondidas en
este maravilloso mundo del folclor del Valle de Upar, el cual “comprende todo el territorio ocupado por la
cultura chimila con cada una de las comarcas y tribus, desde el río Magdalena
hasta las inmediaciones de Barrancas en La Guajira*, bien cerquita de Riohacha”.
Hoy Rosendo se da el lujo de andar por todas partes defendiendo el folclor
vallenato tradicional y buscando que la Unesco no se eche para atrás y el
patrimonio cultural sea una realidad perdurable en el tiempo, sin
contaminaciones, sobresaliendo la rima provinciana del compositor auténtico y
natural, que defiende su obra por encima de todo.
Junto con Rosendo, estuvo José Hilario Gómez Toncel, uno de los pocos juglares
que quedan en Fonseca y que merece que se le atienda en vida y se le brinde un
homenaje en donde se le distinga y se le valore su capacidad folclórica musical
y compositora.
Profesor Johnny
Solano, José Hilario se merece eso y más, y él es una biblioteca andante con
anécdotas, canciones, cuentos, relatos, composiciones y conceptos que hacen
parte de la historia de este nuestro folclor vallenato.
En la próxima transmisión de conocimientos la invitación es
para José Hilario, sin olvidar que estos acontecimientos deben quedar grabados,
escritos o filmados para que las nuevas generaciones puedan escudriñar la
historia de los hechos pasados.
De la intervención de Rosendo Romero, creo que no se hizo
la grabación de la acertada disertación del folclorista villanuevero, una falla
que no podemos cometer con José Hilario. Cuente con mi colaboración y muy pendiente estaré de su derrotero. A
través de estas cuartillas le expreso a José Hilario, mi admiración y respeto,
lo mismo que aprovecho para saludar a Jesús Torres, Hugues Peñaranda y a todos
los folcloristas, músicos y artistas del valle de Upar y del mundo.
*Cultura vallenata:
Origen teoría y pruebas. Gutiérrez Hinojoza T. Darío, pgs. 55-56
por: Armando Olmedo Larrazábal