martes, 24 de octubre de 2017

LA TRAMPA DE LA INFORMALIDAD

Parece que en Colombia, tenemos dos realidades. Una realidad formal, de derechos a la seguridad social, de derechos tutelables y otra informal, que va en aumento desmedido.
Hoy, más de la mitad de los trabajadores colombianos se encuentran en el sector informal, es decir, donde se elude la regulación legal y el control fiscal y contable del Estado. Significa esto, que esos millones de compatriotas están desprotegidos ante riesgos como la enfermedad y la vejez, además de las inadecuadas condiciones de trabajo.
Lo preocupante del asunto es que la informalidad crece en medio del estancamiento económico y los instrumentos laborales cada vez más sufren los embates de la poca significación que se le ha dado a profesiones, oficios o labores.
El Banco de la República y demás centro de pensamientos económicos durante los últimos tiempos han hecho estudios al respecto para buscarle salidas al frenético desempleo y aumento de la informalidad en nuestro país. Uno de esos estudios recientes indica que la fórmula para atacar la informalidad en nuestro país, es que el gobierno expida un salario mínimo diferencial. Es decir, de acuerdo a cada región así sería el ingreso de cada trabajador.
Ciudades como Pasto, Villavicencio, Ibagué, Armenia, Neiva y no podía faltar Riohacha entre otras, hacen parte de ese grupo de capitales donde la informalidad viene creciendo como espuma mientras el mercado laboral formal no tiene buen funcionamiento y las autoridades miran expectantes.
La propuesta soltada hace unos días por el banco emisor no resulta descabellada y la compara con aquellos países como Inglaterra, Italia, Alemania y Finlandia donde sus sistemas de gobierno no tienen un presidencialismo tan marcado como el colombiano y son Estados unitarios regionales con autonomías de sus regiones que han adquirido tanto peso e importancia que obligan al gobierno central a diferenciar el ingreso mínimo mensual y demás políticas públicas teniendo en cuenta las particularidades propias de cada región.
Aún Colombia después de 26 años de expedida su Constitución Política, es un país que no ha hecho tránsito a profundizar la descentralización y autonomía de sus regiones e incipientemente se empezó a hablar de regiones administrativas y de planificación posterior a la expedición de la Ley 1454 de 2011. Las llamadas RAP por ejemplo, es un primer paso en busca de catalizar los proyectos e iniciativas regionales, de administrar y ejecutar sus propios recursos, a pesar de la agobiante centralización que hemos vivido por más de 200 años.
Ahora bien, en el caso del Distrito Turístico y Cultural de Riohacha mientras no se ponga en marcha toda la contratación anunciada por la alcaldesa, los recursos públicos guardados en bancos difícilmente dinamizaran la economía local como primer renglón que activa el mercado. Sin embargo, una simplificación seria de normas, combinada con un sistema sancionatorio local a lo informal más que a lo formal, serían algunos pasos en dirección correcta que tanto la burgomaestre como los concejales podrían iniciar para ir contrarrestando la informalidad en la ciudad.
La tarea de formalizar más la economía no es fácil, sobre todo con ciertos procederes tan arraigados en la cultura, los cuales requieren de esfuerzos educativos y culturales de largo aliento para solucionarlos.
Punto Aparte: el procurador General de la Nación se apersonó de la grave situación que sufren usuarios del sistema de salud y empezó a tomar acciones. Lo de Medimás es la punta del iceberg que paulatinamente viene derritiéndose. Ya las EPS ni con tutela y desacato le temen al arresto para cumplir servicios de salud o pagar prestaciones sociales.

escribió:
Roger Romero Pinto

LA GUAJIRA CON 4 MUNICIPIOS CON RIESGO ALTO Y EXTREMO ELECTORAL

De 166 municipios en Colombia con algún nivel de riesgo de fraude electoral, La Guajira cuenta con cuatro territorios en el consolidado por ...