Las cifras no
miente, la crisis de niños guajiros continua, es una llave rota que nadie ha
sido capaz de cerrar, más por la testarudez, en algunos casos por verdadera
incapacidad, y en algunos casos, que espero que sean pocos, por intereses
mezquinos.
Escuchamos
constantemente noticias en los medios como “rescatado niño en alto grado de
desnutrición”, pero también escuchamos a muchos funcionarios, especialmente de
entidades nacionales como Icbf, que dicen que “todos los niños de La Guajira
están cubiertos y protegidos por sus programas institucionales”, de donde es
válido preguntarse: sí todos estos niños están cubiertos y protegidos por
programas como primera infancia, ¿Por qué sigue apareciendo todos los días
niños con desnutrición crónica y aguda?, lo peor, ¿Por qué se siguen muriendo
niños por esta causa?.
Falta de recursos
no es, se invierten grande sumas de dinero en estas actividades, pero los niños
siguen desnutridos y muriendo, lo que quiere decir que se están aplicando mal,
porque si todos esos recursos del Icbf, del DPS, de Minagricultura, de
fundaciones como Éxito, de Unicef y el PMA, y un sin número de ONGs que
deambulan por los territorios guajiros se aplicaran correctamente, esa lleve
rota se habría cerrado hace tiempo.
Alguien está
faltando a la verdad, hay una total desarticulación para corregir esta tragedia
social, cada quien quiere andar por su lado, hacer lo que quiere y cuando
quiere, y en el proceso, siguen sufriendo los niños, quien pareciera no tener
quien los defienda, quien hable por ellos, quien les garantice el mínimo
derecho que es el de poder vivir.
Hay que
desprenderse de los interés mezquinos, de las individualidades, de los
contratos amañados, del cómo voy yo en el paseo, de organizaciones que han
convertido el drama de los niños en negocio, de tomarse las fotos con niños
para que vean que están haciendo cosas, hay que replantear esquemas, trazar una
sola línea de trabajo, hay que meterse y permanecer en los territorios, a los
niños no se les garantiza los derechos desde la comodidad de un escritorio.
Pero sobre todo,
hay que atacar las variables estructurales que están generando este drama, que
ya no solo es de los wayuu, ni de los wiwas, los koguis y arhuacos, ahora es de
los afrodescendientes, de los miles de venezolanos que han llegado a La
Guajira, de los arijunas, blancos y mestizos, ahora este flagelo está atacando
a todos los sectores, porque no se hizo nada cuando se debió hacer.
Un consejo para los
actores que tienen responsabilidad en esta tragedia humanitaria, si no son
capaces de hacer algo, háganse a un lado, dejen que otros lo intenten, no están
jugando con cosas, estás trabajando con niños de carne y hueso cuya vida
depende de ustedes.
Escribió:
Mauricio Ramírez Álvarez