Para el gobierno
nacional al parecer no es suficiente la falta de gobernador de La Guajira y
alcalde de Riohacha, que ordena una intervención, donde los funcionarios
nacionales llegan sin un plan de contingencia para atender los problemas en
salud, educación y agua potable.
Los interventores,
al inicio, algunos se encerraron y no se les podía hablar, con el paso de las
semanas ya se comunican, asumiendo solos lo que encontraron.
En salud ningún
avance se tiene en la capital del departamento, revocaron los nombramientos del
personal contratado y todo quedó allí para atender los problemas del sector.
Nada de planes para
asumir las necesidades en materia de salud, que respondan al mejoramiento de
las condiciones de vida de la población vulnerable, como el Plan de Salud
Pública de Intervenciones Colectivas.
En educación
recibiendo las quejas y a la fuerza han salido a dar respuestas sin soluciones
sobre las protestas o reclamos de la institución Familia Nazareth.
Todavía no se ha
contratado el transporte y la alimentación escolar en las instituciones
educativas, falta el nombramiento de docentes de la zona rural e indígena, como
también de la educación de colegios urbanos fuera de los oficiales, donde
algunos han iniciado clases sin firmar orden de trabajo.
En agua potable aún
no hay una decisión de continuar con los trabajos de extender más tubería o el
de mejorar el sistema actual de acueducto en Riohacha. El tema es desconocido
por completo.
Finalmente, esta
intromisión nacional representa un millonario costo, porque los gastos en
pasajes aéreos, hoteles, transporte interno son altísimos porque los
funcionarios viajan, entrando y saliendo de La Guajira 2 veces por semana.
escribió:
Álvaro Romero Hurtado