La población rural
indígena wayuu vive tan dispersa que la única solución viable es garantizar el
acceso a aulas cerca de las comunidades. En el año 2016 se matricularon al
sistema educativo en los 15 municipios 91.395 niños indígenas, todos rurales y
dispersos, siendo atendidos por 1.226 centros etnoeducativos y aulas
satelitales.
Atender esta corte
de estudiantes con transporte escolar y alimentación escolar implica recursos
cuantiosos que desbordan el presupuesto disponible.
Revisemos el caso
del transporte escolar: en el 2016 en La Guajira los niños indígenas matriculados, como no hay
carreteras sino trochas, no puede pensar en usar buses o busetas, deben ser
carros tipo cuatro puertas y clase 4x4, estos pueden llevar máximo 6 niños (y
eso ya es sobrecupo).
Bajo este
escenario, garantizar el transporte escolar a toda esta población rural
dispersa requeriría de 15.233 vehículos lo que costaría $ 913.950’000.000 de
pesos, es decir, casi un billón de pesos.
Pensemos que parte
de estos niños se ubiquen cerca de los colegios, y manejando en porcentajes, la
inversión necesaria seria la siguiente:
El presupuesto
global de la educación del Departamento para el año 2017 es de $ 229.200’198.488,
donde el 90% o más está destinado a cubrir nómina de docentes, es decir,
transportar estudiantes costaría casi 4 veces el presupuesto gubernamental para
educación.
Escribió:
Mauricio Ramírez Álvarez