La presencia del nuevo gobernador de La Guajira ha
causado un gran revuelo entre la ciudadanía, lo cual ha dividido las opiniones
de sus nativos. Para unos es bienvenida y para otros es una falta de respeto
hacia el pueblo guajiro.
En lo personal, considero que es prematuro aún formarse
un concepto sobre el trabajo que viene a realizar. Lo que si tengo claro es que
este señor viene a hacerle el trabajo político a Germán Vargas Lleras, viene
dispuesto a querer lavarle la cara del desprestigio a Cambio Radical, partido
al que se culpa de la desgracia de este territorio.
El gobernador Jorge Vélez García ha llegado pisando
fuerte, amenazando con combatir a la corrupción y en su afán de protagonismo se
ha extralimitado en sus pronunciamiento al dar a entender que todos los
guajiros somos corruptos, olvidando que este cáncer se encuentra enquistado en
todo el país y el mundo.
Es injusto con la ciudadanía al meternos a todos en ese
costal donde la politiquería ha hecho de las suyas porque Riohacha y La Guajira
tiene personas aptas, capaces e idóneas para regir nuestro destino. Desafortunadamente
también hay personas que carecen de principios y han despilfarrado y feriado
nuestros recursos.
Su interés en destapar las ollas podridas detectadas en
la gobernación es bienvenido pero, debe hacerlo con pruebas irrefutables para
que la justicia actúe a conformidad y no se convierta en cantos de sirena.
Por último, creo que en buena hora se ha dado este caso
porque es el momento ideal para que el pueblo tome conciencia y pueda, a través
de un consenso ciudadano, no politiquero, elegir a la persona ideal para que
ocupe ese cargo, que tenga la capacidad y el interés de servirle con amor a
esta tierra que hoy muere de hambre y sed ante la apatía de quienes nos han
gobernado.
por: Hermes López
Deluque