En Colombia la
corrupción de los débiles es una respuesta instintiva darwiniana, y casi que
lógica desde el punto de vista evolutivo, a la corrupción de los fuertes. Así,
de esta manera, la corrupción de los pobres y desvalidos, que hasta el voto
venden en masa, se ha convertido en un instinto social de supervivencia, porque
la corrupción de los poderosos no les ha dejado otro camino.
Todo no queda allí,
ese es el inicio. Entonces, emulando a Richard Dawkins autor del Gen egoísta,
bases biológicas de nuestra conducta, podríamos decir que la corrupción en este
país es un gen social o meme de alta peligrosidad y penetrancia en todos los
estamentos de la sociedad colombiana.
Le tengo miedo a la
corrupción de los débiles. Este ominoso círculo de gallos, gallinas, huevos y
pollos corruptos es el que todos unidos tenemos que romper, y obviamente hay
que empezar por los que lo iniciaron: los gallos y las gallinas que siempre han
ostentado el poder político y económico de esta gran nación.
escribió:
Stevenson Marulanda Plata