En Colombia,
contrario a las afirmaciones reiteradas y permanente de altos funcionarios del
Estado en cabeza de su presidente, medios de comunicación y periodistas de los
más granado de confundir departamentos, distritos y municipios con regiones.
Porque aceptar que tenemos regiones como entidades territoriales, impone la
existencia de instituciones, autoridades, circunscripciones electorales,
presupuestos y corporaciones regionales, las cuales no existen.
Para alcanzar tal
cometido es necesario el desarrollo legislativo del artículo 306 superior, que
a la letra dice:
Artículo 306. Dos o
más departamentos podrán constituirse en regiones administrativas y de
planificación, con personería jurídica, autonomía y patrimonio propio. Su
objeto principal será el desarrollo económico y social del respectivo
territorio.
El mandato
constitucional cada día está más lejos de su realidad, si tenemos en cuenta que
Colombia, cada día el centralismo asfixiante sobre las periferias acentúa la
desigualdad entre colombianos. No obstante, el espíritu del Constituyente de
1991, cuando incorporaron en el artículo primero de la norma superior, el
concepto de descentralización administrativa y autonomía de las entidades
territoriales. Quedó en buenas intenciones.
Las decisiones
permanentes del alto gobierno, lo confirman, sobre todo al departamento de La
Guajira, que la dejaron con las responsabilidades sociales históricas (salud, educación,
vivienda, agua potable, seguridad alimentaria, saneamiento básico, deportes,
empleo), por saldar y de un zarpazo nos arrebataron los recursos de regalías a
los que tenemos derecho por estar en sus entrañas recursos como el carbón, gas,
petróleo, energía eólica, entre otros. Hoy La Guajira, se debate frente a un “departamento
rico, con una población pobre mayoritariamente, con tendencia a la miseria”.
Desde cuando se
promulgó la Constitución quienes han hecho eco hacer realidad la
regionalización en Colombia –hoy lo reafirma - es el departamento de Atlántico.
Pero con nuestros hermanos atlanticenses estamos lejos muy lejos de alcanzar
nuestro desarrollo. Verdad irrefutable lo que se decidió en el hotel Hilton de
Cartagena de Indias, los gobernadores de la Costa Atlántica-con el nuestro
abordo- debatieron el tema y suscribieron un documento que lo denominaron “manifiesto”,
donde reiteraron su compromiso de avanzar en el proceso de autonomía y
descentralización de la zona norte del país.
Paralelamente,
aprobaron 47 megaproyectos. El titular de un periódico: Aprobaton: 47 proyectos
para la Región Caribe por $ 621.000 millones. Con recursos de regalías,
nuestros recursos que nos tumbaron. Pero ninguno proyecto para La Guajira.
Con la firma del
“manifiesto” en el que expresan la voluntad de conformar la Región
Administrativa y de Planificación (RAP) “como paso transitorio para constituir
la región como Entidad Territorial (RET) autorizada en el artículo 307 de la
Constitución Nacional”, donde por ministerio de la Ley, se establecerá las
atribuciones, los órganos de administración, y los recursos de las regiones y
su participación en el manejo de los ingresos provenientes del Fondo Nacional
de Regalías, ¿Qué le espera a La Guajira?.
El cuento del
“gallo capón”, de convertir a la Costa Atlántica en Región Caribe es de los
atlanticenses, con los atlanticenses y para los atlanticenses. Para los
guajiros, como acaba de ocurrir en Cartagena “ni m… mi cabo”
Con el agravante,
constituida la Región Caribe, ya no tendríamos un patrón sino dos: Bogotá y
Barranquilla.
Así de sencillo.
escribió:
Ignacio Escudero Fuentes
Abogado
Especialista en I.J.P. y Derecho Público Uninacional-Docente Uniguajira