Este año la Universidad
de La Guajira celebra sus 40 años de existencia, gracias al empuje de su
fundador y sus primeros rectores hoy La Guajira goza de miles de profesionales,
con el transcurrir del tiempo está Alma Mater ha crecido en infraestructura,
programas y calidad en el personal docente y/o administrativo, pero de igual
manera ha crecido los intereses burocráticos de quienes en los últimos años han
guiado los destinos de la U.
Para nadie es un
secreto las grandes campañas políticas y publicitarias que se adelantan para
alcanzar la rectoría del claustro universitario, muchas veces los estudiantes
quieren un candidato en particular pero el Consejo Superior de La Universidad
en cabeza del gobernador es quien termina escogiendo al participante de su
preferencia, de igual forma existen otros miembros escogidos por diferentes
esferas y quienes parecieran querer pensionarse en sus puestos o defender sus
propios intereses, pero la situación se acrecienta cuando al estudiantado le
introducen en el chip que hay que defender los derechos y la autonomía de la
Universidad, siendo esto quizás un movimiento de fichas de ajedrez en el
panorama político del departamento y su capital.
En los últimos años
hemos observado como la Universidad apoyó a distintos candidatos a la
gobernación de La Guajira, tales como: Francisco “Kiko” Gómez, José María
“Chemita” Ballesteros, Oneida Pinto y en especial a Fabio Velasquez
Rivadeneira, pero lo que observo con gran sorpresa es que a excepción del
último mencionado, a todos los anteriores después de salir en fotografías con
el rector, les realizan paros y/o bloqueos con el supuesto fin de exigir el
pago de los administrativos y/o docentes.
Lo anterior me lleva a preguntarme,
¿Existe o no oficina jurídica en la Universidad?, ¿Existe o no intereses
políticos en querer desacreditar a los mandatarios después de haberlos apoyado?
Hoy quiero hacer un
llamado a la reflexión, la Universidad de La Guajira es academia, por lo tanto
no deben realizar actos vandálicos y después culpar al Esmad de represión, ni
tampoco deben constituirla en fortín político porque después pierden la
autonomía.
Ahora bien, si esa es
la actitud asumida y aplaudida por los directivos, ¿Por qué sacrifican a los
estudiantes y no son los administrativos y docentes los encargados de tirar
piedras?
Por favor preservemos
el único patrimonio guajiro, ésta es una institución donde ingresa un sueño y
egresa una realidad.
Agotemos la vía
gubernativa y recordemos que predomina constitucionalmente el interés general
sobre el interés particular.
Señor rector siga
luchando por las certificaciones académicas y por dejar en alto el nombre de la
Uniguajira, pero no sea parte ni promotor de la estigmatización.