Son en total diez hectáreas que fueron compradas por
la Gobernación de La Guajira, pero que al entregarse el título al Gobierno
Nacional, este no había podido pegar un ladrillo, porque estaba invadido por la
familia Sijona Ballesteros, quienes lo reclaman como territorio ancestral.
La solución fue alcanzada ante el propósito de
secretario de Gobierno Distrital, Jairo Aguilar Deluque, quien desde su
posesión se fijo esta tarea, entregándose como logro cinco meses después.
Este litigio inició hace ocho años atrás, cuando
comenzó la primera reclamación de tierras, porque de acuerdo al clan indígena
es una tierra de wayuu.
Para conseguir este paso fundamental el Instituto
Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder, se comprometió en comprarles una
tierra para convertirla en resguardo solo para los Sijona.