El día de ayer tuve
oportunidad de participar en el Consejo de ministros convocado por el presidente
de la República Juan Manuel Santos en Arauca, con el objeto de pasar revista a
la marcha de las medidas tomadas por el Gobierno para hacer frente a la crisis
que se desató en la frontera con Venezuela luego que esta fuera cerrada de
manera abrupta y unilateral por parte del presidente Maduro.
Ya han transcurrido casi dos meses desde que se tomó esta absurda decisión,
acompañada de la violenta expulsión de colombianos residentes en el hermano
país y del éxodo masivo de muchos de ellos, que salieron despavoridos a
consecuencia de la persecución de la cual fueron objeto sólo por su condición
de colombianos. Entre unos y otros, según los registros de la Unidad
Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres (Ungrd) suman 22.000 personas
desplazadas, en condiciones sumamente precarias.
Por fortuna, esta vez,
las autoridades no se dejaron sorprender y respondieron a esta emergencia
humanitaria de manera eficaz e inmediata, sin darle pábulo a la improvisación. Empezando
por la atención urgente para brindar albergue y manutención a estas familias
por parte de la Ungrd, no hubo una sola familia que no encontrara cobijo y
alimentación por parte del Estado, que actuó de manera articulada y ordenada a
través del Comando Unificado del cual participaron 45 entidades públicas tanto
del orden nacional como territorial.
Pasados los primeros días se procedió a ofrecerles a los damnificados una
oportunidad de empleo formal temporal, generándoles un ingreso mientras se les
gestionaba una ocupación más estable. Primero fue en Cúcuta, en donde el Ministerio del
Trabajo a través de la Unidad de Empleo contrató a 200 personas para la
recolección de la cosecha de café y ahora es en los municipios de Maicao y
Uribia en donde se están contratando otras mil personas a través del
Departamento para la Prosperidad Social (DPS).
La verdad sea dicha, éste
Gobierno se había anticipado a delinear una Estrategia para las fronteras a
través del Plan de Desarrollo Prosperidad para todos (2010–2014), que tuvo su
desarrollo a través del documento Conpes 3805 Prosperidad para las fronteras
expedido en mayo del año anterior. Allí se contempla toda una batería de medidas
tendientes al fortalecimiento de las fronteras, las cuales se vieron reforzadas
en el Plan de Desarrollo Todos por un Nuevo País (2014–2018), tendientes a
cerrar las brechas que las separan del resto del país.
No dudó el Gobierno
Nacional en declarar la emergencia económica para tomar las medidas
conducentes, no sólo para superar la tragedia humanitaria que se había
suscitado en la frontera con Venezuela, sino para preparar a las regiones de
frontera para encarar esta nueva realidad. Al amparo de la misma se han expedido 12 decretos que cobijan a 20
municipios de 7 departamentos limítrofes con Venezuela. Entre ellos se destaca
la exención temporal del IVA para los productos de la canasta básica familiar,
así como electrodomésticos, calzado y materiales para la construcción, lo cual,
además de hacerlos más asequibles, ha contrarrestado el desabastecimiento, el
acaparamiento, la especulación y ha contribuido enormemente a la reactivación
del comercio local. Por su parte, el Ministerio de Comercio exterior a
dispuesto de medidas arancelarias y facilidades de crédito blando, con la
finalidad de atraer empresas productivas que generen empleo e ingresos a la
población.
Se dispuso, igualmente,
ampliar los cupos de combustibles en la frontera con el fin de evitar el
desabastecimiento, a consecuencia no sólo del cierre de la frontera sino del
golpe infligido por la Polfa al flagelo del contrabando. Tanto Norte de
Santander como La Guajira y Arauca están siendo abastecidos con combustible
refinado por Ecopetrol a precios
subsidiados.
Ha dispuesto, además,
el Gobierno desembotellar a la Alta Guajira y al departamento de Arauca,
regiones estas aisladas del resto del país y confinadas, que para modo de
comunicarse por vía carreteable deben franquear la frontera con Venezuela,
ahora cerrada. Pues bien, el 28 de este mes se adjudicará la licitación pública
para los estudios, diseños y mejoramiento de la vía que unirá la cabecera del municipio
de Uribia en La guajira con Nazareth en la Alta Guajira. Y en este consejo de
ministros se le dio vía libre, a través de un Contrato–Plan entre la Nación y
Arauca, a la ejecución de las obras para que muy pronto sea una realidad la Ruta
de la soberanía que unirá a este departamento
con los santanderes.
Es claro que las fronteras de Colombia con nuestros países hermanos
requieren mucho más que paliativos, se deben acometer con prontitud las medidas
de carácter estructural que les permitan contar con una economía sólida y
diversificada, más que dependiente de nuestros países vecinos interdependiente.
Sólo así podremos estar curados de espantos ante eventualidades como la que hoy
tenemos que lamentar en la frontera con Venezuela y de paso estar preparados
para aprovechar las oportunidades que se presentarán cuando las relaciones entre
los dos países vuelvan a la normalidad, que habrá de ser más pronto que
tarde.
Por: Amylkar Acosta Medina