
Nosotros somos
culpables de nuestra propia destrucción, el voto es un derecho consagrado en la
Carta Magna que cada quien lo utiliza como mejor le parezca, a algunos les
gusta la hayaca, a otros el sándwich, los 50.000 pesos, la lámina de Eternit,
el medicamento, entre otras cosas; por lo tanto, no podemos seguir publicando y
diciendo que estamos siendo objeto de persecución a nivel central.
Todo lo que está
sucediendo en La Guajira es fruto o resultado de un acto, entendiéndose que
cada acto trae un resultado positivo o negativo conforme a la actuación
realizada.
La corrupción es
pan de cada día en todo el país, desde la Presidencia de la República hacia
abajo; pero somos nosotros quienes otorgamos esas licencias para que hagan y
deshagan con nuestros recursos, dejemos que sea la justicia la que diga quién
es culpable o no.
Pidamos a Dios que
ilumine al juez a la hora de tomar las decisiones pero dejemos de lado el
cuento barato de la persecución!, sí algo se hizo mal debemos responder por
ello.