Aunque se percibe
una calma estoica, esta se encuentra muy ceñida a la realidad, el sonajero
político en La Guajira está realmente en un estado imperturbable, son escasas
las reuniones y las pocas que se realizan son más de análisis y de contactos
para coalicionar el futuro.
Los nombres que
taladraron los oídos a finales del año pasado, que eran anunciados para la
Cámara de Representantes y al Senado de la República, hoy parece que se
esfumaron en el aire como gas incoloro, inodoro e inerte.
Todo cambió cuando
fueron detenidos el alcalde de Riohacha, Fabio Velásquez Rivadeneira y el
gobernador, Wilmer González Brito; allí las aspiraciones quedaron estancadas.
Para ese entonces
se hablaba de: Oneida Pinto, Tico Gómez, Jimmy Sierra, Daniel Ceballos, Débora
Barros, José Durán, Wilder Navarro, Hary Fuminaya, Jairito Aguilar, Chemita
Ballesteros, Luis De la Hoz, Nelson Amaya, Chacho Brito, Sara Aguilar, entre
otros.
Pero el panorama se
enrareció más cuando capturaron a Oneida, creándose una zozobra y hasta una
frase nefasta recorría las bocas de aquellos que se intitulan como expertos en
los menesteres políticos ‘La Guajira quedó sin dirigentes’.
En la actualidad
tímidamente se cocinan algunos aspirantes, mientras otros predicen que ya están
en la palestra: Chacho Durán, el hijo de Amylkar Acosta, Luis Palmezano, Tata
Almazo, Hary Fuminaya, un barranquero, Eurípides Pulido, Hugues Lacouture.
Los días pasan y es
poco el paso acelerado que se observa en las diferentes aspiraciones, donde
reina en términos generales una calma adolorida por los golpes a la clase
política de la península.