y no hay esperanzas para mi Guajira.
Estamos más viejos somos más extraños,
y en el horizonte no se ve una guía.
Tú, que eres mi hermano y me quieres tanto,
porque no me ayudas a encontrar el camino,
y juntos los dos en un grito franco,
pidámosle a Dios nos mejore el destino.
Y unidos guajiros y caribeños,
hagamos respetar nuestro terruño.
Que en el papel, de todo tenemos,
pero que va, si todo es un sueño.
Otros son los dueños
del rico tesoro,
Que Dios nos brindó.
Se han llevado el oro.
Las perlas, la sal y el carbón de piedra,
y buscan con afán, porque están dispuestos…
a llevarse el mar, sin pagar impuestos,
dejando a La Guajira vuelta una mierda.
escribió:
Armando
Olmedo Larrazábal