La verdad muy
poco, por no decir nada me interesa la condición o inclinación sexual, credo o posición
política de una persona, por el contrario como mis papás me enseñaron, mis
derechos empiezan, donde terminan los de los demás, razón por la cual no me
interesa ser como el resto de mortales así como no estoy pendiente de implantar
mis credos en los demás.
Hago esta
introducción para referirme directamente al caso que estalló la semana pasada,
en el cual, la ministra de Educación, Gina Parody, quien viene ejerciendo ese
cargo desde el 27 de mayo de 2014, y se encuentra en el ojo del huracán, más
allá por su inclinación sexual y del cumplimento de la sentencia T-478 de 2015 de
la honorable Corte Constitucional, a raíz del suicidio del joven Sergio Urrego,
es por la mentira, por esa costumbre aprendida de su jefe, el presidente Juan
Manuel Santos, quien está acostumbrado a ocultar verdades, como cuando negó la
existencia del tal paro agrario, que si existió o como cuando juró firmar sobre
mármol que no subiría los impuestos (por mencionar solo dos casos), con lo que
demuestra que es un experto en mentir y crear cortinas de humo para persuadir
la corta memoria de nosotros los colombianos.
Para ser más
concreto que le costaba a la ministra decir que en cumplimiento a la referida
sentencia, la cual tiene como referencia la discriminación por orientación
sexual e identidad de género en ambientes escolares; protección del derecho a
la igualdad y del libre desarrollo de la personalidad; corresponsabilidades en
el desarrollo educativo de los menores de edad, se estaban elaborando unas
cartillas en asoció con Colombia Diversa, Naciones Unidas y/o demás
instituciones interesadas en el tema, las cuales tenían como fin dotar a los
docentes, de herramientas para tratar casos de matoneo o sobre cómo disminuir
el racismo, o las diferencias?; pero no, al mejor estilo del presidente negó la
existencia de estas, en todos los medios dijo que las tales cartillas no existían
y lo que me parece más reprochable, uso su inclinación sexual para
victimizarse, y distorsionar la realidad, creando así un debate más profundo, que
nada tenía que ver con la acción de la ministra de ocultar la verdad respecto
al tema de las cartillas y más de uno aprovechó la coyuntura para aumentar el
grado de polarización, generar más odios y por supuesto, más violencia.
Y se lo digo
de la forma más directa y clara, para evitar tergiversaciones y malos
entendidos de género o inclinación sexual, que insisto no me interesan ni son
objeto de debate en este artículo, ministra Gina Parody, con sus mentiras no
aporta nada a la construcción de un mejor país, La paz no es únicamente con las
Farc, la paz es también entre nosotros mismos, entre la sociedad, la paz la
logramos recuperando valores e inculcándolos en nuestra colectividad que conforme a lo establecido en la
Constitución Política, siempre ha tenido a la familia como fundamento de esta;
así como de igual manera aprovecho para recordarle a más de un papá, que a la
escuela se va a estudiar y aprender, pero es en la casa donde se infunden
valores como: el respeto, la tolerancia, el amor. La verdadera paz, se
construye desde el hogar.
Pero, volviendo
al título de este artículo la mentira es faltar a la verdad, es ser
deshonestos, es engañar y sobretodo es faltar a la confianza que otros han
depositado en nosotros, es un antivalor, el cual fomenta desconfianza, presidente,
ministra, estamos en un momento de la historia nacional, en que lo último que
se necesita es institucionalizar la mentira como política de estado, en una
democracia seria ésta ministra no continuaba en el puesto, pero
definitivamente, aquí en Colombia nunca pasa nada.
Nota: en La
Guajira siguen muriendo niños wayuu, seguimos sin fuentes de empleo, seguimos
sin oportunidades, seguimos padeciendo con Electricaribe y la mala prestación
de los servicios públicos y la respuesta del estado es instalar peajes. Ojalá
este artículo lo leyera el gobernador (e) Jorge Enrique Vélez que sigue en contradicciones.
por: Armando
Alejandro Olmedo Ávila
abogado
especialista en
derecho administrativo