lunes, 22 de agosto de 2016

NACIÓN Y CONTRATISTAS GANADORES TRAS DEVOLUCIÓN DEL CRÉDITO DE AGUA POTABLE

El Programa  Departamental de Agua y Saneamiento Básico, cuyo valor es de  US$ 146 millones,  es financiado con US$ 90 millones  aportados bajo modalidad de crédito  por el Banco Mundial. Es decir, que en este préstamo a La Guajira se encuentra el 62% de su financiación.  Bajo contrapartida,  el Departamento hace un aporte adicional de  US$ 40 millones y  US$ 16 millones le corresponden  a la nación.

LOS ACTORES E INTERESES
La estructuración del portafolio financiero, permitió la articulación de  actores con intereses diversos. El Departamento de La Guajira, como mayor aportante juega a resolver de manera significativa las precarias coberturas de acueductos y alcantarillados en los centros urbanos.
Igualmente, a dotar de agua a un importante número de comunidades indígenas de la Alta Guajira. Las alcaldías municipales, son las receptoras de la inversión y con sus operadores le darán sostenibilidad a  las obras  de mejoramiento que se ejecuten.
Corpoguajira, entra en esta estructura como autoridad ambiental, administrador   de las cuencas  y recursos hídricos profundos. La nación, a través del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, aporta los US$ 16 millones. Exige que los proyectos sean técnicamente formulados y priorizados a través de la ventanilla única. El DNP, es el garante de los recursos del crédito y que las  contrapartidas sean presupuestadas y fluyan al portafolio de inversión. El Ministerio de Hacienda se preocupa por las garantías y contra garantías del crédito, así como hacer efectivo los desembolsos en consistencia con los plazos y las necesidades que arrojen la ejecución de las obras.
El Banco Mundial, establece los procedimientos de ejecución del crédito, evalúa los procesos y determina la  aprobación  de la gestión para hacer los desembolsos. Igualmente, juega al uso eficiente de los recursos y a maximizar su rentabilidad, como agencia internacional de desarrollo que acompaña a los países miembros.
A esta comunidad de instituciones, se le agregan los contratistas, que son los ejecutores de las obras, con los cuales el gestor (el departamento) firma un contrato  modelo Banco Mundial,  basado en eficiencias temporales, regulados por  clausulas  de actualización de precios unitarios y reconocimiento de moratorias, si este por responsabilidad del gestor no se cumple dentro de los términos pactados.

QUIENES GANAN Y QUIENES PIERDEN
Con la decisión abrupta y hasta ahora no justificada de rechazar la ejecución de US$ 33 millones del crédito por parte del gobernador, se decae en el ritmo de ejecuciones de los proyectos financiados en los municipios. El departamento, tendrá que hacer un esfuerzo mayor para hacer el cierre financiero de las inversiones con recursos adicionales de contrapartida que no existen. Los municipios, heredarán obras inacabadas y poco funcionales para garantizar la operación y sostenibilidad de los acueductos y alcantarillados en el mediano plazo. Se quedan tiradas inversiones por valor de $ 214.8 millones más de regalías.
Como el crédito se paraliza, los aportes a capital deberán ser pagados regularmente con sus respectivos intereses, con una prima adicional que se causa y que debe ser asumida como una sanción de ineficacia que se le pone al departamento. Corpoguajira, dejará de percibir recursos significativos para la preservación de las cuencas y su ordenamiento.
La nación por intermedio del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio va en coche, es el gran beneficiario de la suspensión, ya que su aporte se ha condicionado al ritmo de ejecución del crédito y en los comités de dirección del programa ha reiterado su dificultad para cumplir con sus compromisos financieros. El DNP se quita de encima un chicharrón, ya que no tendrá que disponer de los recursos de contrapartida de la noción y se los pueden asignar a otros sectores  y a regiones distintas a la nuestra. El Ministerio de Hacienda descansará, sale del dudoso respaldo que le ha venido dando al Departamento de La Guajira en unas condiciones de volatilidad institucional. El Banco Mundial fracasará nuevamente en un proyecto de desarrollo humano, muy a pesar de la recuperación de su inversión de acuerdo a lo pactado.  
Los contratistas serán ganadores. Con anticipos en mano y desfinanciados en las obras, tienen la oportunidad para reclamar ajustes de precios y moratorias por el no pago de sus facturaciones. Adicionalmente, podrán interponer recursos  jurídicos y demandar daños y perjuicios, que el departamento debe presupuestar como pasivos contingentes.
Del otro lado, nos encontramos los ciudadanos, que seguiremos en las mismas y viendo una gran cantidad tubos dispersos por la geografía de los  municipios (Riohacha, Maicao, Hatonuevo, Barrancas, Fonseca y Distracción) y sin agua en las viviendas. Todo eso por renunciar a lo irrenunciable y no entender qué hacer con los recursos del agua potable en un momento crucial del desarrollo de La Guajira. Pendiente de ustedes.

por: César Arismendi Morales

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