El Programa Departamental de Agua y Saneamiento
Básico, cuyo valor es de US$ 146 millones, es financiado con US$ 90
millones aportados bajo modalidad de crédito por el Banco Mundial. Es decir, que en este préstamo a La Guajira se
encuentra el 62% de su financiación. Bajo contrapartida, el
Departamento hace un aporte adicional de US$ 40 millones
y US$ 16 millones le corresponden a la nación.
LOS ACTORES E INTERESES
La estructuración del portafolio financiero,
permitió la articulación de actores con intereses diversos. El
Departamento de La Guajira, como mayor aportante juega a resolver de
manera significativa las precarias coberturas de acueductos y alcantarillados
en los centros urbanos.
Igualmente, a dotar de agua a un importante número de comunidades
indígenas de la Alta Guajira. Las alcaldías municipales, son las
receptoras de la inversión y con sus operadores le darán sostenibilidad a
las obras de mejoramiento que se ejecuten.
Corpoguajira, entra en esta estructura como
autoridad ambiental, administrador de las cuencas y recursos
hídricos profundos. La nación, a través del Ministerio de Vivienda, Ciudad y
Territorio, aporta los US$ 16 millones. Exige que los proyectos sean
técnicamente formulados y priorizados a través de la ventanilla única. El
DNP, es el garante de los recursos del crédito y que las
contrapartidas sean presupuestadas y fluyan al portafolio de inversión. El
Ministerio de Hacienda se preocupa por las garantías y contra garantías del
crédito, así como hacer efectivo los desembolsos en consistencia con los plazos
y las necesidades que arrojen la ejecución de las obras.
El Banco Mundial, establece los procedimientos de
ejecución del crédito, evalúa los procesos y determina la
aprobación de la gestión para hacer los desembolsos. Igualmente,
juega al uso eficiente de los recursos y a maximizar su
rentabilidad, como agencia internacional de desarrollo que acompaña a
los países miembros.
A esta comunidad de instituciones, se le agregan los
contratistas, que son los ejecutores de las obras, con los cuales el
gestor (el departamento) firma un contrato modelo Banco Mundial,
basado en eficiencias temporales, regulados por clausulas de
actualización de precios unitarios y reconocimiento de moratorias, si este
por responsabilidad del gestor no se cumple dentro de los términos pactados.
QUIENES GANAN Y QUIENES PIERDEN
Con la decisión abrupta y hasta ahora no
justificada de rechazar la ejecución de US$ 33 millones del crédito
por parte del gobernador, se decae en el ritmo de ejecuciones de los
proyectos financiados en los municipios. El departamento, tendrá que hacer
un esfuerzo mayor para hacer el cierre financiero de las inversiones con
recursos adicionales de contrapartida que no existen. Los municipios, heredarán
obras inacabadas y poco funcionales para garantizar la operación
y sostenibilidad de los acueductos y alcantarillados en el mediano plazo.
Se quedan tiradas inversiones por valor de $ 214.8 millones más
de regalías.
Como el crédito se paraliza, los aportes a
capital deberán ser pagados regularmente con sus respectivos intereses,
con una prima adicional que se causa y que debe ser asumida como una
sanción de ineficacia que se le pone al departamento. Corpoguajira, dejará
de percibir recursos significativos para la preservación de las cuencas y
su ordenamiento.
La nación por intermedio del Ministerio de Vivienda,
Ciudad y Territorio va en coche, es el gran beneficiario de la
suspensión, ya que su aporte se ha condicionado al ritmo de ejecución del
crédito y en los comités de dirección del programa ha reiterado su
dificultad para cumplir con sus compromisos financieros. El
DNP se quita de encima un chicharrón, ya que no tendrá que
disponer de los recursos de contrapartida de la noción y se los pueden
asignar a otros sectores y a regiones distintas a la nuestra. El
Ministerio de Hacienda descansará, sale del dudoso respaldo que le ha venido
dando al Departamento de La Guajira en unas condiciones de volatilidad
institucional. El Banco Mundial fracasará nuevamente en un proyecto de
desarrollo humano, muy a pesar de la recuperación de su inversión de
acuerdo a lo pactado.
Los contratistas serán ganadores. Con anticipos en mano y
desfinanciados en las obras, tienen la oportunidad para reclamar ajustes
de precios y moratorias por el no pago de sus facturaciones. Adicionalmente,
podrán interponer recursos jurídicos y demandar daños y perjuicios, que
el departamento debe presupuestar como pasivos contingentes.
Del otro lado, nos encontramos los ciudadanos, que
seguiremos en las mismas y viendo una gran cantidad tubos dispersos por
la geografía de los municipios (Riohacha, Maicao, Hatonuevo, Barrancas,
Fonseca y Distracción) y sin agua en las viviendas. Todo eso
por renunciar a lo irrenunciable y no entender qué hacer con los
recursos del agua potable en un momento crucial del desarrollo de La
Guajira. Pendiente de ustedes.
por: César
Arismendi Morales