Esta sorpresa la
tuvieron quienes necesitaban trasladarse a cualquier lugar y quedaron atrapados
con la exigencia de los conductores porque estaban en Navidad.
De esta forma, se
vuelve a comprobar que los transportadores dominan a su antojo el cobro de los
pasajes, sin depender de la intervención de las autoridades, quedando
demostrado que es una ciudad sin control.
En otras ocasiones han
subido el precio del pasaje por la escasez de la gasolina, quedando así definitivamente,
al igual lo han hecho por cierre de frontera, afectando al público y permaneciendo
Riohacha huérfana y a expensas de la decisión de los transportadores.