Solo por ganarse
unos pesos, a los inescrupulosos poco les importa los
daños que pueden hacerle a una familia o si provocan un incendio; en los
actuales momentos Riohacha se encuentra avocada a las andanzas de unos
delincuentes que atentan contra los bienes de un suscriptor.
Los delincuentes en
la madrugada recorren las calles llegando casa a casa para quitar el tubo de
cobre que tienen los contadores del gas natural domiciliario, que después van a
venderlos en los puntos de almacenamiento de chatarra.
Este lucrativo negocio
se ha convertido en una forma de sustento de algunos mal intencionados, quienes
no miden las consecuencias de sus actos y los perjuicios que producen.
La mayor parte del
tiempo estos malhechores dejan sin totalizador al residente del lugar, obligando
a reemplazarlo con uno nuevo y junto a la instalación es cobrada para continuar
con el suministro del fluido.