Durante los 365
días quedaron muchas cosas por solucionarse en el 2017, aunque la lista es
larga solo alcanzamos a precisar las más inmediatas tareas que no se definieron
en el año que finalizó hace tres días.
Educación: con la
intervención del Ministerio de Educación Nacional se esperaba soluciones pero
el transporte de los estudiantes y su alimentación quedó reducida a una
contratación de tres meses, que después se subcontrató.
Salud: también
permaneció intervenida por el Ministerio de Salud y la Protección Social,
quedando las remisiones de pacientes graves a expensas de los funcionarios de
Bogotá asignados a atender los problemas de La Guajira, quienes permanecieron
todo el tiempo encerrados en la Secretaría de Salud Departamental.
Desnutrición: las
muertes no se frenaron siguieron presentándose a pesar que se establecieron
comisiones de atención que ingresaban a las rancherías en búsqueda de los niños
con problemas alimenticios. Y en las estadísticas del Sivigila se escondieron
algunos fallecidos reduciendo las cifras de la realidad.
Agua: las
rancherías siguieron padeciendo con el preciado líquido, situación igual en
barrios, corregimientos y veredas de todos los municipios y el Distrito Turístico
y Cultural de Riohacha.