
Las bancas de la alameda al lado del hospital Nuestra
Señora de los Remedios, han resultado blanco fácil de los desadaptados, que
arrancan las piezas metálicas para venderlas por unos pocos pesos.
Esta destrucción cada día se acrecienta sin contar con
una sola voz de protesta de los vecinos, transeúntes, vendedores, y sin el
actuar de las autoridades para frenar esta desastrosa actitud.
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