Los gobernadores y alcaldes que iniciaron su
período en el 2012, se vieron enfrentados a una de las reformas más ambiciosas
a los recursos disponibles para la inversión en las regiones, la creación de un
Sistema General de Regalías (SGR) con el Acto Legislativo 05 de 2011 que
redefinió la distribución, objetivos, fines, administración, ejecución, control
y destinación de los ingresos provenientes de la explotación de los recursos
naturales no renovables.
Esta reforma incluyó como uno de sus cuatro
pilares el principio del buen gobierno, con el fin de superar los principales
problemas identificados en el sistema anterior: i) la corrupción en la
inversión de los recursos; ii) las demoras en la ejecución de los proyectos
asociadas a las debilidades en la planeación y formulación, y; iii) la falta de
pertinencia y sostenibilidad en los proyectos, que llevaron a aprobar
iniciativas como la piscina de olas en el departamento de Casanare por un valor
10.300 millones de pesos, que nunca se utilizó por falta de agua, de la cual
adolece su propia capital.
Para materializar este principio, se crearon los
órganos colegiados de administración y decisión (Ocad), que fueron denominados
“Triángulos de Buen Gobierno”, a través
de los cuales se tramitan y aprueban los proyectos a ejecutar con recursos del
SGR. A su vez, se creó un Sistema de Monitoreo, Seguimiento, Control y
Evaluación (Smsce) administrado por el DNP, finalidad velar por el uso
eficiente y eficaz de los recursos. Para su operación, se asignó hasta
el 1% de los recursos del presupuesto del SGR, los cuales representaron para el
periodo 2012-2014, $136 mil millones para el DNP (57%) y 104 mil millones para
la Contraloría General de la República (43%), para el cabal cumplimiento de su
misión cual es la del control fiscal de la ejecución de tales recursos.
También se crearon mecanismos novedosos para
promover el control social, como la plataforma en línea del mapa regalías que
le permite a la ciudadanía consultar en tiempo real, las cifras de producción,
recursos asignados y proyectos aprobados a cada uno de los departamentos y
municipios. Todos estos mecanismos de control preventivo y correctivo,
enmarcados en una cultura de proyectos, tienen el propósito de que las regiones
invirtieran de manera eficiente, eficaz, pertinente y transparente los recursos
de las regalías. La pregunta después de casi 4 años de implementación
del sistema es, ¿se logró este propósito? En qué regiones se presenta un mejor
desempeño y en cuáles persisten limitaciones?
Frente a estos recursos aprobados, el DNP ha
realizado acciones de monitoreo en las que ha evidenciado un elevado nivel de
reporte de información de los departamentos al
aplicativo Gesproy, que es el instrumento principal para garantizar el
seguimiento, control y evaluación de los recursos. Solo en 6 departamentos y el
distrito capital se presentan un nivel de reporte inferior al 90%, estos son:
Sucre, San Andrés, La Guajira, Bolívar, Norte de Santander, y Vaupés.
El DNP también ha identificado
observaciones a los proyectos revisados en el componente de seguimiento (825
proyectos analizados, por un valor de 5,2 billones) en 3 aspectos: i) la
planeación de la ejecución; ii) la ejecución y; iii) la contratación.
Las tres causas principales
asociadas a estas observaciones son: que no existen garantías o tienen
deficiencias en su constitución (22%) y hay incumplimiento de la normatividad
en los procesos contractuales (21%). La mejor radiografía sobre los progresos alcanzados en materia de
transparencia en el manejo de los recursos del SGR la hizo el presidente de la
República en la Maratón de Regalías, en la que evidenció como las regalías ya
no son sinónimo de corrupción sino de obras y
progreso para todos los departamentos del país. Una prueba de esto es que en el sistema anterior el
promedio de denuncias de corrupción llegaba a más de 8.000 al año, y
actualmente alcanza los 224 casos, que todavía siguen siendo muchos.
Por lo pronto, luego de hacer el tránsito de la
opacidad a la claridad en el manejo de los recursos provenientes de las
regalías, el mayor reto de las regiones, nuevos mandatarios y el gobierno
nacional, es recoger todas las lecciones aprendidas en este cuatrienio, en términos
de formulación, contratación y ejecución de los proyectos con recursos de la
regalías, para superar las limitaciones señaladas en el desarrollo del artículo
y fortalecer los procesos de aprendizaje y fortalecimiento institucional de las
regiones del país.
Por: Amylkar
Acosta Medina