Sin una luz clara al final del túnel se encuentra la
suerte de la planta de sacrificio animal del Distrito Turístico y Cultural de
Riohacha, donde a la comunidad se le ofrece en las tiendas, expendios y
carnicerías un producto que se le desconoce la procedencia.
El director de Servicios Públicos y Unidades Especiales
Distrital, Luis Dagovett Flórez, aseguró “hay una preocupación por la actual
institucionalidad que tiene un compromiso para darle solución bajo los
parámetros de acuerdo a la ley lo permita, que pueda dinamizar el comercio de
forma legal y tenerse un mejor servicio para el consumo en la ciudad”.
Al estar cerrado el matadero, la ciudadanía no tiene la
certeza de donde proviene el ganado y sí este cumple con los requisitos
sanitarios exigidos para poder sacrificarlo sin causar riesgo en la salud de
los riohacheros.
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