Apreciados hermanos
de todos los eirruku de la nación Uaiú, y en particular para las rectoras y
directores, docentes y coordinadores favor leer y analizar el presente escrito
de un kerrau del eirruku Apshana.
Para muchos wayuu el cambio climático no es fácil de
entender, el semidesierto, los cardones, los trupillos, las altas temperaturas
y la escasez del agua ha sido parte de toda su vida, esa es su normalidad, es
lo que han visto a lo largo de su vida, incluso de los más viejos, lo
consideran normal, por no tener otro referente, pero en realidad no lo es.
El cambio climático es una realidad, conlleva a la
pérdida gradual de la capacidad del territorio de sustentar la vida de las
diferentes especies que la habitan, incluido el ser humano, animales y
vegetales de las cuales depende.
El cambio climático a veces dura centurias, pero a veces
se acelera por el mal actúa del ser humano, por actos irresponsables, muchas
veces lejos de estos territorios, pero que al final terminan golpeando al más
desvalido.
La desertificación de La Guajira no es reciente, lleva
miles de años en este proceso, pero se ha acelerado en los últimos 200 años, y
aún más en las últimas décadas, y lo preocupante es que se hará más evidente en
los próximos años cuando sean recurrentes las sequías y las emergencias
humanitarias.
En el período 2012 a 2015 La Guajira padeció una
prolongada sequía, hoy estamos en un ciclo parecido, cada día llueve menos, y
las proyecciones señalan que el régimen de lluvias se reducirá mucho más en
menos de 100 años y que las temperaturas se incrementaran hasta tal punto que
hará invivible muchos territorios de Media y Alta Guajira.
Los wayuu, que habitan esta tierra, su tierra, deben tener
conciencia de estas amenazas, no son carreta, son realidades, y deben iniciar
acciones para combatir el cambio climático, comenzando por tomar conciencia del
mismo.
escribió:
Mauricio Ramírez Álvarez
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