Ataques van y ataques vienen, toda una
constelación de improperios se escuchan como si fuese cualquier acto habitual
al interior de las instalaciones del Concejo Distrital de Riohacha; donde los
nuevos integrantes del cuerpo edilicio piden la palabra para únicamente
ofenderse.
Hasta el momento, es común que un cabildante
interviene para lanzar improperios a sus compañeros, pareciendo que estuviera
en la agenda del día de algunos miembros en participar solo para agraviar.

Esta no es una novedad en este período de sesiones
ordinarias, porque en los diez primeros días autorizados para actuar, el
caballito de batalla para que los ultrajes afloraran fue la elección del
personero.
Hasta el momento, dentro del Concejo Distrital se
respira un ambiente nocivo, con intervenciones de lenguaje soez y donde las
proposiciones son escasas.