Son pocos los hinchas del Junior de Barranquilla, actual campeón de la
Liga 2018 – II, que aceptan cuando les manifiesto ser hincha del Deportivo Cali.
La razón, tuve la oportunidad de entrenar con jugadores de la talla de Pedro
Zape, Jairo Arboleda, Oswaldo Calero, cuando fui convocado a la preselección juvenil
de Colombia, en la Villa Olímpica de Cali, en el año de 1974.
Al Junior, tengo un gran reconocimiento y agradecimiento por haberme
dado la oportunidad de ser un integrante más en el año 1979, sobre todo en las reservas
profesionales, al lado de jugadores como Javier Chimá, Carlos De la Torre,
Fernando Fiorillo, Carlos Molinares, Alex Saltarín, Luis Cabeza, entre otros.
Lo hecho por el paisano, Luis Díaz, nacido en el carbonífero municipio
de Barrancas – La Guajira, es histórico. Mis sinceras felicitaciones para los
directivos, cuerpo técnico, hinchadas y futbolistas del Junior. En especial el guajiro,
no guájaro, como en su época el narrador deportivo Sergio Ramírez, bautizó a
Arnoldo Iguarán Zúñiga, tal vez el más grande: campeón con el club los
Millonarios 1987 y 1988, goleador de la Copa América, en Buenos Aires Argentina
en 1987, con un gol más que el astro argentino, Diego Maradona.
Empero, quiero llamar la atención al joven futbolista, en el sentido
que asuma la fama y el dinero que está por venir, con mucha responsabilidad,
disciplina y humildad. Debido que, como la estrella fugaz, la fama y el dinero,
como aparece desaparece y con el pasar del tiempo solo quedan los recuerdos.
Lucho, durante mi paso por el Junior, pude alcanzar la gloria que, con
sacrificio y pundonor deportivo lograste. Al igual que tú, anoté varios goles.
Sin embargo, mi caso fue diferente. Esta es la historia para que la tenga en cuenta.
Siendo el puntero izquierdo de las reservas profesionales del Junior,
hoy primera B, bajo la dirección técnica del colombo–brasilero Otton Alberto
Dacundha y de la escuadra profesional el argentino José El Puchero Varacka,
este último abruptamente abandonó el club, los directivos encargaron al también
argentino Juan Ramón Verón, La Bruja, extraordinario futbolista zurdo, quien
inmediatamente me convocó al equipo titular. Pero había un problema. Además, de
jugar futbol estudiaba derecho en la Corporación Universitaria de la Costa, de
la cual soy egresado en pregrado.
Los directivos y cuerpo técnicos, para entonces, me propusieron que abandonara
los estudios por un tiempo “se gana una plática guajiro y luego retorna a la universidad”.
No consulté a nadie, simplemente tomé la decisión, justo cuando tenía tu edad,
de retirarme del futbol competitivo, no obstante que me esperaban los
Millonarios y el Deportivo Cúcuta. Incluso, el presidente-propietario del
Cúcuta, llegó a mi residencia en el barrio Modelo en Barranquilla, acompañado
de Arnoldo Iguarán. A don German, como lo llamaba Bonchi, Le di la misma
respuesta que a los directivos y cuerpo técnico del Junior, mis estudios no son
negociables. Cada quien es dueño de sus propias decisiones.
Lucho, tú caso hoy, lo considero diferente al mío. Ya está consagrado
como un excelente futbolista, tiene un porvenir por delante. Debe aprovecharlo,
tal como vas, te veo bien. No cambie, como suele ocurrir con muchas personas,
la fama y el dinero lo transforman. Algunos, cambian hasta el modo de caminar,
hablar, la novia y hasta las amistades. Craso error.
Los nuevos amigos aduladores, hoy te dicen que eres el mejor del
mundo, te invitan a rumbear y cuando te ven tocando fondo - es una realidad
recurrente en los famosos - te abandonan. Ya, la fama y el dinero se fueron: son
como estrella fugaz.
Lucho, otra recomendación, lo hice con Arnoldo, cuando en el ocaso de
su carrera futbolística, le planteé que concertara con los directivos del club
los Millonarios, del cual es leyenda, que le financiaran estudio de alto nivel
en Europa como técnico y como contraprestación viniera a compartir conocimiento
y experiencia. Lamentablemente, no fue así.
Lucho, haz pensado que vas hacer cuando termine la carrera de
futbolista. Este deporte que escogiste a los 30 años, ya lo califican viejo. A
los 35 años, es el mismo público que te ovacionó e idolatró que vitorea, para
que te saquen de la cancha, porque ya no le hace un gol ni al arco iris. Esa es
la gran y triste realidad del futbolista.
El abogado, profesor y periodista Carlos Antonio Vélez, en su obra
Fútbol hoy, sostiene que: “es muy fácil ser exfutbolista, más no es fácil ser
exmédico, exabogado, exingeniero, experiodista. Se quedan solo con jugar al
futbol, entran en rebeldías irracionales, no admiten consejos ni formación y
terminan siendo con el tiempo un buen recuerdo, detenidos en el pasado, pero
sin presente y sin futuro”.
Ojalá, estas sencillas palabras que te las dice un exfutbolista,
abogado y docente universitario, las tenga de presente y no te ocurra como la
gran mayoría, mundialistas con títulos, inclusive, hoy sin presente y futuro.
escribió:
Ignacio Escudero Fuentes
exfutbolista de la selección juvenil de Colombia, Chile 1974
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