
Esta obra social la realizó el abogado riohachero,
Antonio Pinzón Arévalo, quien donó de su propio sueldo más de 500 juguetes a
los menores de edad de las zonas con mayores necesidades.
Para el profesional “en esta temporada todo debe ser
alegría para los niños, quienes con estos obsequios pasaran un 25 de diciembre mucho
más ameno; porque no quiero que un niño cerca de mi pase una Navidad como la
que algún día pasé yo”.
Finalmente, Antonio Pinzón asegura “quien regala
sonrisas, regala sueños”, quien ha convertido esta práctica altruista en una
tradición, que años tras años realiza sin solicitar el apoyo de empresas o
personas, solo para beneficiar a la gente vulnerable.
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