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martes, 1 de enero de 2019

CARTA ABIERTA A LUCHO DIAZ


Son pocos los hinchas del Junior de Barranquilla, actual campeón de la Liga 2018 – II, que aceptan cuando les manifiesto ser hincha del Deportivo Cali. La razón, tuve la oportunidad de entrenar con jugadores de la talla de Pedro Zape, Jairo Arboleda, Oswaldo Calero, cuando fui convocado a la preselección juvenil de Colombia, en la Villa Olímpica de Cali, en el año de 1974.
Al Junior, tengo un gran reconocimiento y agradecimiento por haberme dado la oportunidad de ser un integrante más en el año 1979, sobre todo en las reservas profesionales, al lado de jugadores como Javier Chimá, Carlos De la Torre, Fernando Fiorillo, Carlos Molinares, Alex Saltarín, Luis Cabeza, entre otros.
Lo hecho por el paisano, Luis Díaz, nacido en el carbonífero municipio de Barrancas – La Guajira, es histórico. Mis sinceras felicitaciones para los directivos, cuerpo técnico, hinchadas y futbolistas del Junior. En especial el guajiro, no guájaro, como en su época el narrador deportivo Sergio Ramírez, bautizó a Arnoldo Iguarán Zúñiga, tal vez el más grande: campeón con el club los Millonarios 1987 y 1988, goleador de la Copa América, en Buenos Aires Argentina en 1987, con un gol más que el astro argentino, Diego Maradona.
Empero, quiero llamar la atención al joven futbolista, en el sentido que asuma la fama y el dinero que está por venir, con mucha responsabilidad, disciplina y humildad. Debido que, como la estrella fugaz, la fama y el dinero, como aparece desaparece y con el pasar del tiempo solo quedan los recuerdos.
Lucho, durante mi paso por el Junior, pude alcanzar la gloria que, con sacrificio y pundonor deportivo lograste. Al igual que tú, anoté varios goles. Sin embargo, mi caso fue diferente. Esta es la historia para que la tenga en cuenta.
Siendo el puntero izquierdo de las reservas profesionales del Junior, hoy primera B, bajo la dirección técnica del colombo–brasilero Otton Alberto Dacundha y de la escuadra profesional el argentino José El Puchero Varacka, este último abruptamente abandonó el club, los directivos encargaron al también argentino Juan Ramón Verón, La Bruja, extraordinario futbolista zurdo, quien inmediatamente me convocó al equipo titular. Pero había un problema. Además, de jugar futbol estudiaba derecho en la Corporación Universitaria de la Costa, de la cual soy egresado en pregrado.
Los directivos y cuerpo técnicos, para entonces, me propusieron que abandonara los estudios por un tiempo “se gana una plática guajiro y luego retorna a la universidad”. No consulté a nadie, simplemente tomé la decisión, justo cuando tenía tu edad, de retirarme del futbol competitivo, no obstante que me esperaban los Millonarios y el Deportivo Cúcuta. Incluso, el presidente-propietario del Cúcuta, llegó a mi residencia en el barrio Modelo en Barranquilla, acompañado de Arnoldo Iguarán. A don German, como lo llamaba Bonchi, Le di la misma respuesta que a los directivos y cuerpo técnico del Junior, mis estudios no son negociables. Cada quien es dueño de sus propias decisiones.
Lucho, tú caso hoy, lo considero diferente al mío. Ya está consagrado como un excelente futbolista, tiene un porvenir por delante. Debe aprovecharlo, tal como vas, te veo bien. No cambie, como suele ocurrir con muchas personas, la fama y el dinero lo transforman. Algunos, cambian hasta el modo de caminar, hablar, la novia y hasta las amistades. Craso error.
Los nuevos amigos aduladores, hoy te dicen que eres el mejor del mundo, te invitan a rumbear y cuando te ven tocando fondo - es una realidad recurrente en los famosos - te abandonan. Ya, la fama y el dinero se fueron: son como estrella fugaz.
Lucho, otra recomendación, lo hice con Arnoldo, cuando en el ocaso de su carrera futbolística, le planteé que concertara con los directivos del club los Millonarios, del cual es leyenda, que le financiaran estudio de alto nivel en Europa como técnico y como contraprestación viniera a compartir conocimiento y experiencia. Lamentablemente, no fue así.
Lucho, haz pensado que vas hacer cuando termine la carrera de futbolista. Este deporte que escogiste a los 30 años, ya lo califican viejo. A los 35 años, es el mismo público que te ovacionó e idolatró que vitorea, para que te saquen de la cancha, porque ya no le hace un gol ni al arco iris. Esa es la gran y triste realidad del futbolista.
El abogado, profesor y periodista Carlos Antonio Vélez, en su obra Fútbol hoy, sostiene que: “es muy fácil ser exfutbolista, más no es fácil ser exmédico, exabogado, exingeniero, experiodista. Se quedan solo con jugar al futbol, entran en rebeldías irracionales, no admiten consejos ni formación y terminan siendo con el tiempo un buen recuerdo, detenidos en el pasado, pero sin presente y sin futuro”.
Ojalá, estas sencillas palabras que te las dice un exfutbolista, abogado y docente universitario, las tenga de presente y no te ocurra como la gran mayoría, mundialistas con títulos, inclusive, hoy sin presente y futuro.

escribió:
Ignacio Escudero Fuentes
exfutbolista de la selección juvenil de Colombia, Chile 1974

sábado, 11 de agosto de 2018

ADIÓS, A UN COMPAÑERO Y AMIGO


Junior, en el círculo Carlos De la Torre QEPD. 
Ayer en horas de la tarde me enteré del fallecimiento del futbolista y médico cirujano de profesión, Carlos Alberto De la Torre, como consecuencia de un cáncer agresivo llamado melanoma amelanótico.
Con De la Torres, tuve la oportunidad de compartir muchos momentos agridulces. Algunos como adversarios, otros, como compañeros de equipos. En efecto, cuando Arnoldo Iguarán Zúñiga y mi persona nos trasladamos a la ciudad de Barranquilla con el propósito de vincularnos como futbolista al equipo de la Corporación Universitaria de la Costa, CUC, dirigida por el colombo-brasilero Otton Alberto Dacunha, existía una sana rivalidad futbolista entre los equipos de las universidades Atlántico, CUC, la Libre y el Junior. Eran los mejores.
Los entrenamientos eran en la cancha de arena de la escuela La Normal, ubicada en las inmediaciones de la calle 70 con carrera 38. La CUC, tenía un equipo fuerte liderado por un joven delgado, alto, con un extraordinario talento: Victorio Márquez. Todavía desconozco porque no llegó al futbol profesional.
Siempre, escuchaba sobre la proximidad del torneo organizado por la Liga del Atlántico, donde históricamente los primeros lugares eran para el Junior, Uniatlantico, Libre. La CUC daba la batalla pero no alcanzaba.
Bonchi y yo, llegamos, entrenamos, agarramos la titular y no la soltamos. De tal manera que ese año (1976), nos alzamos con el título por encima del Junior, las universidades del Atlántico y Libre, inclusive. Justo, en el equipo de la Libre me tocó enfrentar a Carlos De la Torre, quien hacia dupla defensiva con Alberto Celedón Molinares. También jugaba el guajiro José Francisco Pacho Pichón Julio.
Tenían un equipazo al igual que Junior. Pero nada que ver. Bonchi y Nacho, llegamos para revolucionar el futbol en Barranquilla, fuimos convocados a la selección de mayores del Atlántico, dirigida por los mundialistas Antonio El cañonero Rada y Marcos Olímpico Coll.
El primer partido los antagonistas históricos, Atlántico y Magdalena. Resultado final Atlántico 3 Magdalena 1. Un periódico bogotano tamaño tabloide tituló Guajira 3 Magdalena 1. Los goles fueron anotados por los tres guajiros. Magdalena, tenía una nómina de lujo. Siempre escuche que la mayoría jugaban en el Unión Magdalena, recuerdo, Fragoso, Viloria, Fallace, Didi Valderrama, Alberto Gamero, entre otros.
Posteriormente, en el años de 1978, frente al nivel futbolístico de los guajiros, el Junior entró en negociación con los directivos de la CUC, propietario de los derechos deportivos. Fue exigencia de quienes manejaban el deporte en la Universidad, como condición para mantenernos en la titular y derecho a la beca. Para la fecha cursaba cuarto semestre de Derecho. Arnoldo se retiró, lo de él fue futbol. La negociación con el Junior estuvo a punto de fracasar por diferencias económicas. Sin embargo, el Junior compró mis derechos deportivos y descartó a Iguarán.
En el año de 1979, ingresó a la nómina del Junior de Barranquilla, jugué toda la temporada con la reserva profesional, hoy conocida como  Primera B, nuevamente coincido con Carlos De la Torre, zaguero central que alternaba con Gabriel Verdugo y Dulio Miranda, en el equipo profesional.
De Carlos, como futbolista recuerdo su nobleza, no obstante la dura posición que ocupaba. Como persona, todo un caballero. Trabajó como médico en el hospital Nuestra Señora de los Remedios en Riohacha. Situación que aprovechó para visitarme varias veces a mi residencia. Hoy, seguro está en una cancha celestial con tres grandes del futbol, Antonio Rada, Marcos Coll, Otton Alberto Dacudha, quienes también partieron y forman parte del onceno titular del Todopoderoso. Mis sinceras condolencias a familiares y amigos. Paz en su tumba.

escribió:
Ignacio Escudero Fuentes

domingo, 15 de abril de 2018

SE FUE UN GRAN FUTBOLISTA, PROFESOR Y AMIGO


Por iniciativa del profesor Edwin Lubo Vanegas, futbolista de varias selecciones de La Guajira y docente de carrera, dos adolescentes guajiros, estudiantes del colegio Liceo Almirante Padilla -hoy Institución Educativa-, tuvieron que trasladarse a la ciudad de Barranquilla, con el fin de probar suerte como potenciales futbolistas: Arnoldo Alberto Iguarán Zúñiga e Ignacio Rafael Escudero Fuentes.

En efecto, recién nos dimos el tradicional felizaño de despedida del año viejo, días después, mes de enero de 1976, tanto Arnoldo como mi persona nos trasladamos a la capital del Atlántico, con dos propósitos. El primero, enrolarnos a la selección de futbol de la Corporación Universitaria de la Costa, CUC,  y la segunda, ingresar como estudiantes becados de bachillerato al colegio del mismo nombre, como en efecto ocurrió.
Fuimos citados a entrenamiento en la cancha de la Escuela Normal, recibidos por el colombo-brasilero Othon Alberto Dacunha, ex futbolista del Junior de Barranquilla, quien para entonces fungía como entrenador de la selección de la CUC, con un equipo de lujo, los hermanos Mergalejo, Victorio Márquez, Herazo, Catalino, el vallenato Ariza, entre otros.
Hoy, viernes 14 de abril, en la soledad del cuarto estudio de mi residencia, como de costumbre, apenas el reloj marcaba las dos de la madrugada, horario preferido para estudio y preparar agenda del día, inicio escuchando música del pequeño gigante brasilero Nelson Ned. Al ingresar a la página del periódico El Heraldo, leo la nefasta noticia “Se fue el rey de la gambeta rojiblanca”, en referencia a quien en vida fue mi profesor y amigo, Othon Alberto Dacunha. Otho, como cariñosamente lo llamábamos todos sus discípulos.
De Otho, tengo los mejores recuerdo, como futbolista, puntero derecho, veloz, habilidoso con una gambeta extraordinaria, no solo cambiaba abruptamente de velocidad sino también de ritmo y en espacio reducido era recurrente esquivar dos y tres adversarios quienes con frecuencia lo castigaban por su osadía y audacia que para algunos era sinónimo de burla. De entrenador, conocedor como el que más del proceso formativo y ojo clínico para detectar talentos que, permitió ser el eterno formador de futbolistas en las divisiones inferiores del Junior.
Justo, en el club barranquillero, siendo el entrenador de las reservas profesionales en el año de 1979, después de haber integrado con Arnoldo la selección Atlántico, fuimos requeridos por los directivos del Junior, la negociación no se ejecutó por una diferencia de $ 500.000. Sin embargo, a los pocos días el Junior le compró a la CUC mis derechos deportivos e ignoró a Iguarán. Recuerdo que Otho, no pudo ocultar su disgusto y desacuerdo con el gerente de entonces “lo citó, lo saludó y no lo atendió” a pesar de esperar pacientemente más de ocho horas en la sala de la sede del Junior, ubicada en la calle 70 con carrera 38.
Sin embargo, Otho, aprovechando que Juan Ramón Verón, conocido en el mundo del futbol como La Bruja, fue contratado por el Cúcuta Deportivo, hizo el contacto, debido que conocía a Arnoldo y en cuestión de días lo vincularon al club y al poco tiempo era, goleador del Cúcuta para luego convertirse en goleador del club los Millonarios, años 1987 y 1988, máximo artillero de la Copa América, año 1987, en Buenos Aires Argentina y goleador histórico de la selección Colombia. La afición no perdonó el desatino de los directivos “tuvieron a Arnoldo y lo ignoraron”.
Hasta aquí, Otho, como futbolista y entrenador, falta creo yo lo más importante, el ser humano. Hombre sencillo, culto, distinguido, querido, respetado y adorado por un pueblo. El gesto de nobleza que más recuerdo fue cuando una tarde en entrenamiento en el estadio Romelio Martínez, me desplomé. Se pensó lo peor, fui remitido a una clínica de la ciudad, después de examen de laboratorio y valoración médica especializada, el diagnóstico fue anemia aguda. Desde entonces, Otho, me ofrecía un almuerzo en su residencia, ubicada en un edificio contiguo al estadio.
Otho, el hombre maravilloso que conocí, coincidencialmente me entero de su partida, cuando recién iniciaba a escuchar la canción “Déjame si estoy llorando” de su paisano Nelson Ned. Se fueron dos grandes de la tierra de la samba y el jogo bonito. Paz en su tumba, gran amigo.

escribió:
Ignacio Escudero Fuentes
exfutbolista de la Selección Juvenil Colombia, Chile 1974

domingo, 18 de marzo de 2018

JUNIOR LE GANÓ A MILLONARIOS EN EL PRIMER TIEMPO EN BARRANQUILLA


Desde el arranque los jugadores de Junior mostraron los filosos dientes, dejando deslucido por completo a un disminuido Millonarios, que estuvo perdido durante todo el primer tiempo, cuando recibieron dos goles y así se fueron a los camerinos.

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