Sin conocer un aguacero se encuentran los guajiros, al finalizarse el
primer trimestre del 2016, donde los habitantes
continúan viendo los ríos secos después de pasar la Semana Santa cuando
se esperaba que ocurriera el milagro de la lluvia.
El territorio peninsular en general tiene completamente vacío los arroyos y
quebradas, que en otros meses estaban llenos de agua y hoy solo están cargados
de arena unos y otros de piedras.
A esta problemática no se escapa el río Ranchería que una parte de su
recorrido se encuentra con el preciado líquido completamente agotado,
especialmente en la parte cercana a su desembocadura.